El climatólogo Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, junto con Adam Frank, científico de la Universidad de Rochester, decidieron investigar esta suposición y escribieron juntos un artículo llamado “La hipótesis Silúrica: ¿sería posible detectar una civilización industrial en el registro geológico?”.
El término “Silúrico” fue tomado de la serie de ciencia ficción británica “Doctor Who”, que se refiere a una raza reptil que vivió en la Tierra millones de años antes del surgimiento de nuestra propia sociedad.
Publicado en el International Journal of Astrobiology, el trabajo describe el tipo de firma que una especie tecnológicamente competente puede dejar atrás.
Schmidt y Frank utilizan trazas proyectadas del Antropoceno, la era actual en la que la actividad humana está influyendo en procesos planetarios como el clima y la biodiversidad, como guía de lo que podríamos esperar de otras civilizaciones.
Vale la pena recordar que es poco probable que cualquier estructura reveladora masiva permanezca preservada durante decenas de millones de años de actividad geológica, esto es cierto tanto para la civilización humana como para cualquier posible precursor “silúrico” en la Tierra.
En lugar de ello, Schmidt y Frank proponen buscar señales más sutiles, como subproductos del consumo de combustibles fósiles, eventos de extinción masiva, contaminación plástica, materiales sintéticos, sedimentación alterada por el desarrollo agrícola o la deforestación e isótopos radiactivos potencialmente causados por detonaciones nucleares.
“Realmente hay que adentrarse en muchos campos diferentes y recopilar todo lo que se puede ver. Se trata de química, sedimentología, geología y todas esas otras cosas. Es realmente fascinante”, afirma Schmidt.
Ecuación de Drake
El artículo de los científicos relaciona la hipótesis Silúrica con la ecuación de Drake, que es un enfoque probabilístico para estimar el número de civilizaciones inteligentes en la Vía Láctea, desarrollada por el astrónomo Frank Drake.
Una de las principales variables de la ecuación es el tiempo que las civilizaciones son capaces de transmitir señales detectables.
Una de las razones propuestas para explicar por qué no hemos logrado contacto con una especie alienígena es que esta variable de “duración del tiempo” puede ser extremadamente corta, ya sea porque las civilizaciones tecnológicamente avanzadas se autodestruyen o porque aprenden a vivir de manera sustentable en sus mundos de origen.
“Es posible que el período detectable de una civilización sea mucho más corto que su longevidad real, porque ustedes, la humanidad, no pueden durar mucho tiempo haciendo el tipo de cosas que estamos haciendo. O dejan de hacerlo porque cometieron un error, o aprenden a no hacerlo. De cualquier manera, la explosión de actividad, desechos y cantidades masivas de rastros es en realidad un período de tiempo muy corto. Tal vez esto haya sucedido mil millones de veces en el Universo, pero si solo durara 200 años cada vez, nunca lo verían”, explicó Schmidt.
Hipótesis silúrica
La misma lógica es válida para cualquier civilización anterior que haya surgido en la Tierra, solo para luego desmoronarse en ruinas o limitarse en actividades que amenazan su vida útil.
Sin duda, hay algunas lecciones no tan sutiles que los humanos pueden extraer de este camino bifurcado que, después de todo, es una versión industrial de la ley de la evolución: adaptarse o morir.
Para Schmidt y Frank, éste es uno de los temas centrales de la hipótesis silúrica. Si podemos reflexionar sobre la posibilidad de que no seamos los primeros habitantes de la Tierra en producir una civilización tecnológicamente avanzada, tal vez podamos apreciar mejor la precariedad de nuestra situación actual.
“La idea de nuestro lugar en el Universo ha sido este distanciamiento progresivo de nosotros mismos. Es como un alejamiento gradual de una visión totalmente egocéntrica, y la hipótesis Silúrica es realmente sólo una forma adicional de hacerlo. Necesitamos ser objetivos y estar abiertos a todo tipo de posibilidades que el Universo realmente tiene para ofrecernos” , dijo Schmidt.